¿Qué tendrá más peso en el diseño de nuevos procesos de negocio, productos o servicios?
Peso en nuevos procesos de negocio, productos o servicios, es una pregunta en sí misma con mucho peso. Y es que si sabemos que el diseño nunca es algo trivial, en estos aspectos lo es mucho menos para las empresas.
Así que lanzamos la pregunta con el sistema de encuestas en Linkedin. ¿Y qué sucedió?
Respondieron porcentajes significativamente importantes de profesionales en dos (2) de las cuatro (4) alternativas de respuestas ofrecidas:
Entremos a ver el detalle de la encuesta y algunos de los argumentos posibles para las distintas opciones. Hagámonos preguntas adicionales, ya que a continuación verás muy posiblemente solo algunas de las muchas consideraciones que se pueden hacer.
– La disrupción y su reto 43%
– La inversión en digitalización 43%
Fue muy significativo al comprobar los resultados que estuvieran en igualdad de peso ambas respuestas. En igualdad y con taqnta diferencia.
Y más llamativo fue que las dos respuestas restantes estuviesen tan equidistantes como pudiste apreciar:
– La satisfacción en su uso 14%
– El ahorro-ganancia potencial 0%
Voy a empezar haciendo algunas notas sobre lo que captó mi interés, arrancando en este caso, desde la última de estas opciones “El ahorro-ganancia potencial 0%”.
Ahorrar o ganar son las bases en la generación de valor añadido, así lo consideramos de inicio. Con esto, quiero dar a entender que si no diseñamos procesos de negocio, productos o servicios con un criterio de ahorro (reducir gastos) o de ganancia potencial (aumentar ingresos), las empresas se preguntan ¿para qué lo estamos haciendo?
Aunque también podría ser que estuviésemos buscando una diferenciación con nuevos productos o servicios premium para los clientes. Donde quizás, el diseño de los nuevos procesos de negocio implicados, dotarán de más agilidad empresarial, fiabilidad o incluso de satisfacción al empleado en su ejecución. Quizás incluso finalmente están ayudando a construir una barrera de entrada temporal a la competencia. Claro, por supuesto que podría ser.
No obstante, en cualquiera de los casos siempre se traduciría en impactos en pérdidas y ganancias ¿verdad?
Si no hay captura de valor en las iniciativas, lejos de constituir innovación, serían meras invenciones. Por lo tanto, qué peso tendría el no crear hipótesis de ese valor añadido y transformarlas en objetivos cuantificables.
Ahorro y ganancia potencial se llevó el 0% de las respuestas, cuando como profesionales, sabemos que las decisiones de compra se fraguan primero de todo sobre lo que ganas o por el contrario dejas de perder, ahorras. Por conseguir lo que se anhela o que los dolores mermen. Ganar dinero o dejar de perderlo.
“La satisfacción en su uso” fue la respuesta que siguió, con un 14%. No menos anecdótica, cuando cada día el customer centric y toda la experiencia generada en torno a la persona es lo que ocupa el primer lugar en las reuniones. O al menos en extensos muros de conversación en Redes Sociales como Linkedin. Todo el engagement que consiguen los planteamientos centrados en la persona, las consideraciones al user friendly y bla, bla, bla.
Y no es para menos. Si la experiencia que se genera de trabajo no es satisfactoria, los colaboradores saltan del barco. Si la experiencia que se lleva un cliente es que no se les escucha, no se conocen sus problemas ni hay interés en conocerlos, apaga y vámonos. O cuando el tratamiento es impersonal, con deleznables y humillantes circuitos de reclamación para el desespero de cualquiera de los mortales. O si finalmente la accesibilidad solo forma parte de los enunciados de RSC y no preocupa perder clientes o ganar cuota de mercado.
Esta claro que a pesar de que pudo haber profesionales que al ver la respuesta, por formar parte de un oligopolio donde sí o sí hay clientes o por desconocer la importancia que cada día más tendrá volver a prestar atención personal, decidieron dejar de lado esta opción de respuesta.
Bueno, tengo que decir, que no era ningún tipo de trampa y evidentemente el peso de la “inversión en digitalización 43%” está claro. Igual de claro está el interés en invertir en la misma. Es un camino sin vuelta atrás, donde los primeros que la adquieren y asimilan, esto es importante, son los que siempre estarán en ventaja.
Es un camino frenético el de estar a la vanguardia. Siempre lo ha sido y siempre lo será. La gran diferencia ahora mismo está en la velocidad de los tiempos y la necesidad de asimilación rápida.
Velocidad, velocidad, esa es una de las premisas del crecimiento exponencial que la digitalización y su consecuente entrada en el mundo de los datos tiene. Y es que al igual que la tecnología evoluciona de esa manera, el consumo de la misma no lo hace al mismo ritmo, porque está sujeto a la naturaleza humana y nuestros ciclos de cambio, como humanos son distintos.
Esta opción, representaría el gran agujero, el foso de preguntas a las que la mayoría no querrán enfrentarse y responder.
¿Porqué?
Pues porque la disrupción es la Apuesta (con mayúscula), la pregunta sin respuestas certeras. Es donde en ocasiones el futuro de industrias y sectores enteros pueden cambiar, también donde la inversión en tecnología no tiene claridad y respecto a su asimilación en el mercado las hipótesis se asemejan más al black Jack que a otra cosa. No hay histórico ni futuro para las proyecciones estadísticas.
Es en la disrupción y su reto donde están las grandes apuestas, las que favorecen la aparición de nuevos ciclos económicos, los cambios sociales, la especulación del mercado, los iluminados o los incomprendidos… El ahorro y ganancia potencial.
¿Qué pensaste al ver el resultado de las respuestas? Y ¿cuál es tu opinión después de leer este post? ¿Cambiaste de alguna manera tu opinión durante la lectura?